Sin duda los juegos tradicionales y los
juegos populares aportan un gran número de beneficios a los niños y
niñas de nuestro entorno. La gran variedad y estilos diferentes hacen posible
que la práctica de algún juego determinado beneficie al individuo ayudándolo a
mejorar en cualquier aspecto físico o mental.
Entre los beneficios más destacables de los
juegos populares y tradicionales cabe destacar el aumento de las
capacidades físicas y motrices de todos los niños y niñas que practican
los juegos. Y es que la práctica de alguna de estas actividades reta a la propia
superación y al desarrollo de nuevas capacidades de los jóvenes que las
realizan.
Además de la mejora física que le otorga al
individuo los juegos producen un desarrollo del sistema
locomotriz que permite afinar la sincronización de sus
movimientos, ayudándolos a mejorar la vista, la puntería y la capacidad de
realizar movimientos rápidos y precisos.
Aunque los juegos pueden ser y deben ser coordinados por los propios participantes, siempre es aconsejable la presencia de un adulto que establezca unas normas claras e imparciales que hagan fluir el juego con normalidad. E incluso equilibrar los equipos en caso de necesidad, para que el juego tradicional cobre más fuerza y exija mucha más competitividad.
Otro beneficio de este tipo de actividades es la interacción que el niño puede realizar con diferentes entornos naturales, alejado de la vida cotidiana y de la tecnología que cada vez ocupa más tiempo en sus vidas. Sin duda es una manera diferente de buscar entretenimiento y diversión a partes iguales.
En resumen, podemos decir que los juegos populares o tradicionales, ayudan a mejorar al niño en sus cualidades físicas, moteras, psicomotrices y ayuda a fomentar las relaciones con su entorno directo.
Realizado por: Macarena Jiménez Barranco
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